INTERCAMBIO DE PAREJAS

    ¿Un nuevo aliciente contra la desidia sexual? ¿Una forma de relacionarse? ¿Qué significa un intercambio de parejas? Intercambio de parejas resuena en el imaginario de cada persona de manera diferente.

    Para poder ahondar en la cuestión es importante determinar que puede existir aparentemente un intercambio de pareja, una persona por otra, pero ser psíquicamente la misma, esto es, la misma manera de relacionarse donde no importa el objeto (se denomina así al otro), sino la situación de “perjuicio del tercero”, donde el elemento que debe existir siempre es el hecho de que la otra persona esté comprometida, ligada, a otra. Es una condición de elección de objeto amoroso, de manera que incluso alguien que fue indiferente para la persona y hasta despreciada, mientras permaneció libre, ahora se constituye en objeto de amor en cuanto mantiene relaciones con otra persona. Se facilitan también la satisfacción de los impulsos competidores y hostiles contra la persona a quien se le “roba” su objeto amoroso.

    También hay otra condición que consiste en que la mujer casta e intachable no ejerce en la persona atracción alguna y, en cambio, la que es sexualmente sospechosa, cuya pureza y fidelidad se pone en duda, ejerce un intenso interés y pasión. Llevado al extremo, incluso hay hombres (también aplicable a la mujer en cuanto a su deseo sexual) que son impotentes con la mujer a la que aman y en cambio a las que no les une ese sentimiento amoroso de ternura, es a la que desean. Hay una disociación entre el amor y el deseo en una misma persona. Incluso puede llegarse a no mostrar ningún deseo de ser el único/a para la pareja y parece encontrarse muy a gusto en el ménage á trois.

    ¿Qué es lo que hace desplegar la sexualidad de una manera o de otra? Recordemos que el sujeto humano tiene una disposición sexual, desde que se es niño, en que puede gozar de cualquier cosa. En la conquista de su cuerpo, el pequeño infante va constituyendo sus zonas erógenas conforme va montándose el deseo en la necesidad, y los estímulos y sensaciones que van haciéndose carne y palabras en ellos a través de las primeras afectividades familiares y situaciones atravesadas por el Complejo de Edipo, que sobredetermina sus disposiciones ulteriores con otras relaciones.

    A veces el deseo está decaído, y se requiere de una innovación en la pareja y se demanda introducir un elemento que transforme la situación en la que ya se está en una relación de a dos, o no… A veces parecen una sola persona al unísono donde no está la incertidumbre, la sorpresa, la diferencia, que es lo que permite la aparición del goce.

    Contarse en la pareja lo que hacen con los otros en el intercambio, ni siquiera estar, sino contar, se convierte en un acto donde se reaviva la pasión, se pone en juego la fantasía. Recordemos que el goce del ser humano es el lenguaje, ese es su aparato de goce.

    ¿Pero qué ocurre si se sobrepasan los “límites” de lo pactado? ¿Y si aparecen los celos? ¿Y si surge un amor nuevo? Los celos son indicadores de que uno también es un deseo hacia el otro u otra que entra en juego en la relación. También es un amor para él o ella, forma parte, no hay exclusión. En la complejidad de ese anudamiento de necesidad, goce y deseo se juegan los pactos y se van descubriendo los caminos.

     Lo que hay detrás de la frase “intercambio de pareja” depende de cada cual, una cosa es lo manifiesto y otro lo latente, en qué está jugado uno en el deseo y en el despliegue del goce. ¿Es algo indispensable el intercambio de parejas para que el goce aparezca en vosotros? ¿Tal vez entra dentro de las fantasías que quieren llevarse a la realidad? ¿Hay miedo a perder al otro/a si no se accede a los deseos?

    Repito ¿qué hay detrás de esa frase? Eso lo podrán averiguar en el diván de un psicoanalista terapeuta de parejas, que les podrá ayudar a saber de su deseo.

     Intercambiar a la pareja puede tener que ver también con permitir que el otro o la otra puedan ser diferentes cada vez, no dejarlo en palabras anteriores, que haya una tolerancia al crecimiento en la otra persona, que pueda ser un hombre, mujer, distintos en cada encuentro y sorprenderse.

    ¿Nos hacemos responsables de nuestros deseos? ¿Qué hace que haya una invitación a otro tipo de sexualidad que provoca un montante de rechazo y otra de atracción? Se puede caer en la locura moral, la culpa, la insatisfacción…en la incertidumbre de una puerta que se abre y no se sabrán cuáles serán los efectos o si se quiere pasar la barrera o no. En cada uno está la moral acechando ¿y si me gusta más de lo que esperaba? ¿Y si me ocasiona un declive emocional? Los deseos están contenidos dentro de unas líneas que cada cual se va forjando. Conquiste su sexualidad, que significa también desplegarla a través de uno mismo y los otros, atravesada por las palabras, que es lo que nos diferencia de lo animal.

    Le ayudaremos a producir la más indicada para usted. Uno es el que decide, si está de acuerdo, o no tiene el registro de ese deseo pero…

    Goce de la sexualidad. No se martirice, y si se martiriza, acuda un psicoanalista, porque hay muchas maneras de gozar. Dejarse llevar por las palabras por pronunciar.

    Como indica Miguel Oscar Menassa en un aforismo: El sexo del amor quiere decir que no hay sexo sin amor, pero, fundamentalmente, que no hay amor sin sexo, que quiere decir: no hay amor sin palabras.

Laura López, Psicoanalista Grupo Cero

y Terapeuta de Parejas y sexualidad

Telf.: 610 86 53 55

 

 

CUANDO LOS CELOS NO OS DEJAN VIVIR

     

    LOS CELOS SON ESTRUCTURALES EN EL SER HUMANO, ES IMPOSIBLE NO SENTIR CELOS, porque nuestro aparato psíquico se funda en torno a los mismos. Es por la llegada del tercero, la Ley del Padre, que me siento excluido de la escena y puedo desear, entrar en el orden del deseo humano, desviar mi mirada de la relación única con la función madre. HAY EN NOSOTROS UN MECANISMO PSÍQUICO MUY IMPORTANTE QUE SE DENOMINA REPRESIÓN. La represion es necesaria porque permite entrar en la civilización. Al ser humano le cuesta abandonar posiciones anteriores de la libido y, a través de dicho mecanismo, sucumbe a lo inconsciente, se reprimen ciertos deseos, hostilidades, etc., que no pueden llevarse a la acción. Cuando no puedo tolerar algún deseo en mí que, por otro lado, todos deseamos las mismas cosas, éste se reprime, que no quiere decir que se olvide, ya que pulsa en nosotros de una manera constante y viva, como motor del desear. Puede aparecer de manera disfrazada, apoyado en los mecanismos psíquicos de la proyección, el desplazamiento,etc.

   Para que haya dos personas tiene que haber tres, en el sentido de que EL MUNDO, LAS OTRAS RELACIONES, HACEN DARNOS CUENTA QUE SOMOS DOS PERSONAS DIFERENTES, si no, seguimos en esa relación primaria de simbiosis donde no existía nada alrededor. NADIE NOS PERTENECE, NI SIQUIERA NUESTRA MAMÁ, LA QUE TENEMOS QUE COMPARTIR CON EL MUNDO. Para que haya celos tengo que sentirme excluido de la escena.

DESEAMOS DESEOS, LOS OTROS, EL MUNDO, LAS RELACIONES, ESO ES LO QUE NOS MANTIENE VIVOS, LO QUE SOSTIENE NUESTRO CUERPO.

¿De qué manera estamos pensando el amor? Puede uno estar relacionándose con sus ideales y prejuicios en lugar de con el otro que tengo delante.

LOS CELOS SON NORMALES, SI SE PUEDEN PENSAR, SENTIR HASTA UN CIERTO PUNTO, PERO NO TOMAR LO QUE UNO SIENTE COMO SI FUERA LA REALIDAD SUPREMA, PORQUE SENTIR TIENE QUE VER CON LOS SENTIDOS, Y LOS SENTIDOS NOS ENGAÑAN. En cierta manera SE PUEDEN UTILIZAR PARA FOMENTAR EL DESEO en la pareja, para que en ese desplazamiento de la libido, pueda recaer de nuevo en la pareja, renovado, aireado. Están los celos normales, los proyectados y los delirantes. CUANDO YA SE PADECE DE ELLOS HAY QUE CONSULTAR, MEJOR CON UN PSICOANALISTA. Lo explicamos un poco más adelante para que veais cuál es la diferencia,

   Pues bien, tras esta breve introducción para situarnos en el campo en el que vamos a desplegarlo, el de la pareja, es importante que distingamos la realidad exterior, dígamos la material, de la realidad psíquica. Es decir, AL CELOSO O CELOSA PATOLÓGICO POR MÁS PRUEBAS DE REALIDAD QUE LE DES, POR MÁS QUE RENUNCIES PARA QUE VEA LO “PULCROS” Y “FIELES” QUE SOMOS (que por otro lado recuerda al momento en el desarrollo psicosexual en el que nuestra mamá era una santa, no la introducíamos en la categoría mujer), NO SIRVE PARA NADA. Nunca habrá suficiente prueba de amor para calmar los celos, aunque llegue al punto de que estemos encerrados entre cuatro paredes.

¿CÓMO ACTÚA UNA PERSONA QUE PADECE DE CELOS? LOS CELOS NO TIENEN QUE VER CON LA REALIDAD, TIENEN QUE VER CON LA REALIDAD PSÍQUICA, con lo que uno “tiene en su cabeza”. ¿Y ESTO QUÉ QUIERE DECIR? Por mucho que quiera razonarle, contradecirle no corresponde a ese orden, sino a una verdad que habla que se encuentra de manera latente en su decir. Te está hablando de una verdad pero en otro “lenguaje”. Somos un sujeto dividido, con una parte consciente y otra inconsciente entre otras complejidades teóricas, donde lo que veo está sobredeterminado por mis deseos. Lo que aparece en escena ya es el resultado de una transformación. A TRAVÉS DEL MECANISMO DE PROYECCIÓN, HACEMOS CON EL OTRO COMO SI FUERA NUESTRO ESPEJO, LO QUE REALMENTE HAY EN MÍ, PERO NO PUEDO VER. Inconscientemente hay deseos en mí, que no pueden salir a la luz, porque nos espantaríamos, pero que lo hacen disfrazados. No podemos huir de nosotros mismos, de nuestros deseos. Así, aparece la fórmula: “Yo no soy quien desea ser infiel, es mi pareja.” y esto no es algo que uno pueda razonar con el otro, porque también sufre, lo padece. Si castigo al otro, de alguna manera también me calmo, porque hay una culpa que necesita ese alivio. A veces, llega hasta la paranoia, con la fijación en una persona en concreto, y que tiene que ver con deseos homosexuales reprimidos (lo cual no quiere decir que seamos homosexuales, sino que no se toleran esos deseos.). Es importante apuntar que, a veces, a través de ciertas sustancias como el alcohol, la persona produce escenas violentas de celos. HAY PERSONAS ALCOHÓLICAS QUE ESTÁN MUY RELACIONADAS CON ESA INTOLERANCIA A SUS DESEOS, padecen de celos delirantes y son personas acusadas de una fuerte represión que utilizan el alcohol para poner en escena toda esta cuestión.

   DETRÁS DE LOS CELOS HAY UN DESEO. Hay algo de la otra persona, o de lo que se cela (a veces no es ni una persona, es algo que le hace sentirse excluido) , que uno realmente quiere. Ej.: celar de alguien cuya caracterísitica que resalta es que es arquitecto, o sabe idiomas ¿no será que a mi me gustaría ser eso? Los celos hasta pueden servirle a uno a ponerse a trabajar para conseguir lo que desea si pueden ser interpretados. También hay deseos que se despiertan en nosotros y que se hacen intolerables porque nuestra moral no permite que acontezcan. Tienen que ver con el orden de lo prohibido. Por ejemplo, desear a alguien que para nosotros esté vetado por el parentesco familiar, a un compañero/a de trabajo, amigos, a alguien del mismo sexo que ha despertado en mí un deseo irreflenable… EL DESEO NO TIENE ÉTICA NI MORAL Y NUESTRO POLICÍA INTERIOR LO VE TODO, AUNQUE NO APAREZCA COMO TAL EN LA CONCIENCIA.

   ¿Y LA OTRA PARTE, QUIEN LO SUFRE? En el relato de ciertas parejas HAY QUIEN SEÑALA PADECER DE UNA CULPA CONSTANTE DE LO QUE EL OTRO LE ACUSA, auque no haya hecho nada de lo que dice. La culpa es real, pero por otra cosa. La culpa forma parte de todos los seres humanos, porque siempre hay algo que uno desea, fantasea, que es amoral. En todos nosotros anida un caldero de pulsiones que, tras la represión, participan en la formación de nuestro aparato psíquico y que son el motor de nuestra vida, pero que, en ocasiones, cuando la represión falla, puede retornar en forma de síntoma. La culpa a uno le hace buscar castigo. A veces, a través de la elección de ciertas parejas se calma, porque en su relación se materializa ese castigo que, de alguna manera, “necesitan”.

Si su pareja sufre de celos patológicos, lo mejor que puedes hacer es indicarle que acuda a un psicoanalista, ni renunciar a nada ni razonarle, porque no es de ese orden. Tal vez también comenzando tú terapia puedas producir otras palabras y tranformar la posición en la relación. Deseamos deseos y  el hecho de que haya una trasnformación en ti, hace, en muchísimos de los casos, que el otro quiera acudir también. HAY UNA VERDAD QUE ESTÁ SALIENDO AHÍ, PONIÉNDOSE EN ESCENA Y QUE POR MUCHO QUE DIALOGUEMOS Y HABLEMOS, SERÁ UN DIÁLOGO DE SORDOS.

   LOS CELOS HABLAN DE UN DESEO QUE TIENE QUE VER CON SU REALIDAD PSÍQUICA, no para poner un investigador privado y ver qué pasa en su vida, qué hace oon el otro y la otra y explicarle, regañarle, y bla bla bla. ¡No es educación! Es algo inconsciente, que pulsa en forma de síntoma. La persona también sufre, se le escapa de las manos, no lo puede evitar padecer de ese martirio. PONER DE SU PARTE NO ES CONTROLARLO, FORZARSE, SINO IR A UN PSICOANALISTA , QUE ES EL PROFESIONAL QUE LO VA A ESCUCHAR EN LA DIMENSIÓN REAL DEL PADECIMIENTO Y TRANSFORMARLO DE MANERA DEFINITIVA. Necesita de una traducción, una interpretación de sus deseos incosncientes reprimidos para que no vaya a fastidiar a su pareja, para que pueda tolerar ciertos deseos en ella o él mismo y no haga síntomas de ello. Es como un sueño, en el que utiliza elementos de la vida cotidiana, personajes, para desplazar y expresar su deseo disfrazado. Por eso a veces es tan absurdo, además que teje a través de cualquier elemento nimio de la realidad una auténtica pelicula. Con el Psicoanalista terapeuta de parejas hay una liberación real de los síntomas y una construcción de la pareja.

   EL PSICOANALISTA ES UN PROFESIONAL ALTAMENTE ESPECIALIZADO EN ESOS PROCESOS QUE ACONTECEN EN EL SER HUMANO Y NO LOGRAN RESOLVER NI COMPRENDER. Con su escucha especializada, con la técnica asociación libre y las interpretaciones en el seno de la relación terapeútica, producirá algo que no existía en la persona, transformando esa parte de la personalidad que le entorpecia en el buen desarrollo de las relaciones.

López, Psicoanalista Grupo Cero

y experta en Terapia de Pareja y Sexualidad

Telf: (0034) 610 86 53 55

EL USO DE LA PORNOGRAFÍA, APLICACIONES, CHATS… Y LA PAREJA

HAY PAREJAS QUE USAN LA PORNOGRAFÍA, chats, etc. de una manera consensuada como parte de su juego sexual. Lo utilizan como un instrumento para satisfacerse y fomentar la pasión entre ambos.  Es una cuestión que tiene que ver con la moral de cada uno y con los acuerdos a los que se llegan en el seno de la pareja.

NO HAY FÓRMULAS GENERALES PARA NADIE, pero sí es importante saber que LA PALABRA EN EL SENO DE LAS RELACIONES ES ESTIMULANTE, fomenta el deseo. LA POSICIÓN FRENTE AL OTRO SE TRANSFORMA SI HAY UNA DIMENSIÓN DEL DESEO ATRAVESADA POR LA PALABRA.

Partimos de que HAY UNA INFIDELIDAD ESTRUCTURAL QUE NOS FUNDA, que es la infidelidad con el primer objeto amoroso: la madre. Es necesario separarse de esta función para poder desear a otras personas, poner la mirada en el mundo. El deseo está en continuo desplazamiento, no se calma ni se colma en ningún objeto. También requiere de un trabajo, de un hacer en el seno de la relación. El goce en el ser humano acontece ante lo inesperado, la incertidumbre. Por mucho amor que sintamos por el otro, el deseo está en continuo desplazamiento, y a veces deseos intolerables propios son reprimidos por la fuerte moral y disfrazados en formas inusitadas, como por ejemplo en forma de síntomas, de celos paranoicos…

ES MOTIVO MUY FRECUENTE DE CONSULTA el hecho de que algún miembro de la pareja sea descubierto por el otro utilizando pornografía, bien en internet, películas, revistas… también en chats, conversaciones, que disparan una señal de alarma y provocan un fuerte malestar y discusiones. ¿Podríamos hablar de crisis? Realmente no es que el hecho de consumir pornografía o tener encuentros vía chat produzca una crisis, sino que habría que pensar que la crisis ya estaba instalada. O no. Vamos a especificar esto.

El hecho de que el partener lo haya descubierto, ya indica que hay una intención de molestar al otro, por “dejarse descubrir” (la intención es inconsciente). CUANDO SE GENERA UN MALESTAR, TIENE QUE VER CON CUESTIONES QUE NO SE HAN RESUELTO A TRAVÉS DE LA PALABRA y que se han manifestado de esa forma. En Psicoanálisis sabemos que no hay casualidades en el seno de las conductas, y que en toda acción hay un pensamiento. Siempre está dirigido hacia algo o hacia alguien, aunque curse de manera inconsciente. Hay siempre un deseo inconsciente que habla más allá de lo aparente y que requiere de una interpretación psicoanalítica para que pueda producirse de otras formas. Puede haber cuestiones con la sexualidad que no se han podido hablar, poner en escena, y a través de ese “síntoma” es que pueden salir a la luz y conversarlas, transformarlas, devolver el deseo en el seno de la pareja. ES ALGO FRECUENTE QUE CUANDO SE TIENEN HIJOS SE ABANDONA EL PLANO SEXUAL Y EL DESEO, y las relaciones se convierten en monótonas y cercenadas solamente al ámbito de las funciones padre y madre. Hay parejas que, aunque no tengan hijos, convierten sus relaciones en relaciones muy familiares y no trabajan para el deseo, envolviendo al otro en un grado de “seguridad” y “certidumbre” que hace que se agote.

Podemos hablar también que puede acontecer una IMPOSIBILIDAD EN EL ENCUENTRO CON EL OTRO. El consumo de pornografía tiene que ver con el goce de la masturbación, que es el primer goce que se conoce. No hay que olvidar que es un negocio. Aunque es normal que en momentos también se recurra a la misma, el hecho de que se consuma en solitario de manera recurrente y casi exclusiva tiene que ver con no tolerar al otro, que ya conlleva una complejidad, donde hay un sujeto hablante que desea, demanda, donde hay pactos, hay una diferencia con el semejante y tener que desplegar la propia sexualidad de manera diferente a la autoerótica, “al yo solito o solita”

¿ES QUE NO TIENE SUFICIENTE CONMIGO? Una herida en el narcisismo, en el amor propio, donde los celos aparecen en escena y se vive esta situación como una infidelidad. El hecho de que al otro o la otra se le recrimine que no pueda excitarse con otras personas que no sea él o ella misma, puede indicar unos celos infantiles de posesión hacia el otro o una implicación de un deseo, un deseo reprimido de hacer eso que no se permite, donde no le han incluido en la escena.

En ocasiones, se recurre a la pornografía como estimulante a la hora de realizar el coito, donde se proyectan fantasías y deseos sexuales. LA MORAL SEXUAL CULTURAL CIRCUNSCRIBE A LA MONOGAMIA LAS RELACIONES y, ante esta imposibilidad (pues como he indicado anteriormente estamos estructurados en la infidelidad), está permitido socialmente el coqueteo y la pornografía, de manera que se satisface el instinto de infidelidad, utilizándolos en favor de la relación monogámica.

Desear no es hacer, lo que ocurre que cuando la moral quiere cerrar caminos y poner barreras demasiado exigentes, el deseo se reprime y pulsa por manifestarse de formas que ocasionan displacer e insatisfacción.

LA SEXUALIDAD NO SE PUEDE EVITAR, si no se hace de una manera, se hace de otra, ya que no sólo tiene que ver con la genitalidad: los síntomas neuróticos son sexuales, como también pintar, escribir, masturbarse… La sexualidad es todo lo tocado por la palabra, y si no está puesta en un sitio, se desplazará a otro. Por ejemplo en la comida, como metáfora sexual. Comer de más puede ser un sustitutivo.

Les ayudaremos a conversar con el otro para poder CONSTRUIR UNA MORAL QUE SE ADECÚE A SUS DESEOS Y A SUS LÍMITES para que haya un equilibrio que les permita DISFRUTAR DE LA SEXUALIDAD Y DE LA VIDA EN PAREJA de una manera más sana y placentera para ambos.

En cada pareja hay una lectura diferente y habría que acudir a un terapeuta de parejas con formación psicoanalítica para PODER HACER UNA LECTURA Y UNA RESOLUCIÓN MÁS ACORDES CON LAS CUESTIONES CON EL DESEO.

INFIDELIDAD. TOMAR LA DECISIÓN MÁS ADECUADA

    NO HAY UNO SIN DOS, NI DOS SIN TRES. El otro es el que viene a marcar una separación, una distancia y lo que hace que se funde el deseo, que seamos deseantes más allá de la relación “simbiótica” con la madre. El tercero nos civiliza, viene a marcar esa separación tan necesaria para que podamos diferenciarnos y para poner la libido en el mundo.
     En la complejidad del ser humano y en sus relaciones donde el amor, el deseo y el goce se conjugan frente al otro, ocurren muchas cuestiones que “se escapan”, que no se entienden, que uno cree tener bajo control pero que no funcionan, y donde la moral muestra un camino que se torna imposible y que ahoga, hace dar curvas para mostrar a veces un sin sentido que habla de nuestra verdad, la verdad del deseo.
    Hay personas que aun estando físicamente con la pareja, no se encuentran allí. Hay síntomas sexuales que hablan de que el otro no es, y traiciones que se cometen aireando aspectos privados de esa relación con otras personas. ¿Relaciones sexuales y el otro se entera? ¿No ha sido «sincera» esa persona y tendría que haberlo hecho de otra manera? Hay que tener en cuenta que aquello que ocurre en la relación tiene que ver con una implicación inconsciente de ambos, más allá de lo que se pueda señalar desde fuera. Lo que ha acontecido, la forma en que se ha desvelado y el hecho de que se haya desvelado, tiene que ver con otra cosa que lo aparente. NO HAY BLANCO O NEGRO, MAL O BIEN, eso entra dentro del orden de la moral y aquí no estamos hablando de eso, no es cuestión de juzgar a nadie ni de buscar culpables. Hay que recordar que nadie es posesión de nadie.
HAY QUIEN BUSCA QUERIENDO ENCONTRAR, porque en una posición neurótica, donde el estar bien, es muy intolerado. Es como si se provocaran pequeñas crisis para avivar la relación.
    Hay SITUACIONES DONDE LA INCLUSIÓN DE UN TERCERO MARCAN UN ANTES Y UN DESPUÉS en la relación, DONDE INCLUSO HACEN MEJORARLA. Sí, porque digamos que a veces funciona como un síntoma, donde señala que algo no iba bien. Hay personas que van renunciando a su parcela personal y en lugar de producir su propia vida y encontrarse con el otro en el orden del deseo, lo hacen aquejados de obligaciones, imposiciones y en el orden de lo necesario, y se busca así inconscientemente esa fusión de dos personas en una, recordando, claro está, a esa relación materno-filial. ¿Así cómo va a acontecer el deseo por el otro?
    También se confunde lo familiar, ser padre y madre, con ser hombre y mujer, y se aparta de esta manera la posibilidad de seguir construyendo la pareja. TODO ES PRODUCTO-EFECTO DE UN TRABAJO, TAMBIÉN EL AMOR Y EL DESEO. El hecho de que otra persona desee a la pareja hace que se vea como un hombre o como una mujer y se aviva la llama de la pasión. No olvidemos que se desean deseos.
     En otras ocasiones tiene más que ver con un deseo del que dice ser “víctima” de esa infidelidad (un deseo inconsciente) puesto en juego en la figura del otro. Por ejemplo, los celos paranoicos, tienen más que ver con un deseo reprimido, no tolerado, siendo la fórmula : yo no soy quien lo desea, sino mi pareja, y ahí, en esa fijación, poco importan las certezas que se puedan encontrar en la realidad, porque lo que está en juego siempre es la realidad psíquica, que es la que genera la realidad material.. HAY DESEOS PROPIOS QUE NOS ESCANDALIZARÍAN Y QUE SE MANTIENEN REPRIMIDOS. Reprimido no quiere decir olvidado, apartado, porque esos deseos tienen una energía muy fuerte que siempre se manifiestan de alguna manera, y lo hacen de forma disfrazada. Hay cuestiones reprimidas que están en la base de muchas problemáticas en la pareja y que no se ven, sólo se sabe de ellas por los resultados y es la interpretación psicoanalítica la que nos da luz, desmorona y transforma esos “síntomas”.
    CUANDO LA INFIDELIDAD SIRVE PARA ROMPER LA RELACIÓN ES PORQUE ESA RELACIÓN YA ESTABA ROTA, O PORQUE PUDO MÁS LA MORAL QUE EL AMOR. La moral puede llegar incluso a matar y hacer desgraciadas a muchas personas. No estamos hablando de la ausencia de límites, porque los límites son muy necesarios en la vida, pero también es muy necesario saber de nuestros deseos para llegar a conciliarnos con nosotros mismos y darles el cauce más apropiado posible. La palabra es un cauce para ello pero con la escucha y la interpretación del psicoanalista, porque no olvidemos que siempre hay un deseo inconsciente que se muestra como realizado en las situaciones más ilógicas y sufrientes que nos podamos llegar a encontrar.
LA DECISIÓN MÁS ADECUADA  es conversar con un profesional, un terapeuta de parejas con orientación psicoanalítica, que os pueda ayudar a producir un estado de bienestar en la relación y os ayude a redirigir y transformar las fugas del amor y el deseo que producen situaciones en las que está taponada vuestra manera de conversar y relacionaros con el otro.
   El terapeuta de parejas psicoanalista os ayuda a ver más allá de lo aparente y  a poner en juego realmente el amor y el deseo a través de las palabras.