HAY PAREJAS QUE USAN LA PORNOGRAFÍA, chats, etc. de una manera consensuada como parte de su juego sexual. Lo utilizan como un instrumento para satisfacerse y fomentar la pasión entre ambos. Es una cuestión que tiene que ver con la moral de cada uno y con los acuerdos a los que se llegan en el seno de la pareja.
NO HAY FÓRMULAS GENERALES PARA NADIE, pero sí es importante saber que LA PALABRA EN EL SENO DE LAS RELACIONES ES ESTIMULANTE, fomenta el deseo. LA POSICIÓN FRENTE AL OTRO SE TRANSFORMA SI HAY UNA DIMENSIÓN DEL DESEO ATRAVESADA POR LA PALABRA.
Partimos de que HAY UNA INFIDELIDAD ESTRUCTURAL QUE NOS FUNDA, que es la infidelidad con el primer objeto amoroso: la madre. Es necesario separarse de esta función para poder desear a otras personas, poner la mirada en el mundo. El deseo está en continuo desplazamiento, no se calma ni se colma en ningún objeto. También requiere de un trabajo, de un hacer en el seno de la relación. El goce en el ser humano acontece ante lo inesperado, la incertidumbre. Por mucho amor que sintamos por el otro, el deseo está en continuo desplazamiento, y a veces deseos intolerables propios son reprimidos por la fuerte moral y disfrazados en formas inusitadas, como por ejemplo en forma de síntomas, de celos paranoicos…
ES MOTIVO MUY FRECUENTE DE CONSULTA el hecho de que algún miembro de la pareja sea descubierto por el otro utilizando pornografía, bien en internet, películas, revistas… también en chats, conversaciones, que disparan una señal de alarma y provocan un fuerte malestar y discusiones. ¿Podríamos hablar de crisis? Realmente no es que el hecho de consumir pornografía o tener encuentros vía chat produzca una crisis, sino que habría que pensar que la crisis ya estaba instalada. O no. Vamos a especificar esto.
El hecho de que el partener lo haya descubierto, ya indica que hay una intención de molestar al otro, por “dejarse descubrir” (la intención es inconsciente). CUANDO SE GENERA UN MALESTAR, TIENE QUE VER CON CUESTIONES QUE NO SE HAN RESUELTO A TRAVÉS DE LA PALABRA y que se han manifestado de esa forma. En Psicoanálisis sabemos que no hay casualidades en el seno de las conductas, y que en toda acción hay un pensamiento. Siempre está dirigido hacia algo o hacia alguien, aunque curse de manera inconsciente. Hay siempre un deseo inconsciente que habla más allá de lo aparente y que requiere de una interpretación psicoanalítica para que pueda producirse de otras formas. Puede haber cuestiones con la sexualidad que no se han podido hablar, poner en escena, y a través de ese “síntoma” es que pueden salir a la luz y conversarlas, transformarlas, devolver el deseo en el seno de la pareja. ES ALGO FRECUENTE QUE CUANDO SE TIENEN HIJOS SE ABANDONA EL PLANO SEXUAL Y EL DESEO, y las relaciones se convierten en monótonas y cercenadas solamente al ámbito de las funciones padre y madre. Hay parejas que, aunque no tengan hijos, convierten sus relaciones en relaciones muy familiares y no trabajan para el deseo, envolviendo al otro en un grado de “seguridad” y “certidumbre” que hace que se agote.
Podemos hablar también que puede acontecer una IMPOSIBILIDAD EN EL ENCUENTRO CON EL OTRO. El consumo de pornografía tiene que ver con el goce de la masturbación, que es el primer goce que se conoce. No hay que olvidar que es un negocio. Aunque es normal que en momentos también se recurra a la misma, el hecho de que se consuma en solitario de manera recurrente y casi exclusiva tiene que ver con no tolerar al otro, que ya conlleva una complejidad, donde hay un sujeto hablante que desea, demanda, donde hay pactos, hay una diferencia con el semejante y tener que desplegar la propia sexualidad de manera diferente a la autoerótica, “al yo solito o solita”
¿ES QUE NO TIENE SUFICIENTE CONMIGO? Una herida en el narcisismo, en el amor propio, donde los celos aparecen en escena y se vive esta situación como una infidelidad. El hecho de que al otro o la otra se le recrimine que no pueda excitarse con otras personas que no sea él o ella misma, puede indicar unos celos infantiles de posesión hacia el otro o una implicación de un deseo, un deseo reprimido de hacer eso que no se permite, donde no le han incluido en la escena.
En ocasiones, se recurre a la pornografía como estimulante a la hora de realizar el coito, donde se proyectan fantasías y deseos sexuales. LA MORAL SEXUAL CULTURAL CIRCUNSCRIBE A LA MONOGAMIA LAS RELACIONES y, ante esta imposibilidad (pues como he indicado anteriormente estamos estructurados en la infidelidad), está permitido socialmente el coqueteo y la pornografía, de manera que se satisface el instinto de infidelidad, utilizándolos en favor de la relación monogámica.
Desear no es hacer, lo que ocurre que cuando la moral quiere cerrar caminos y poner barreras demasiado exigentes, el deseo se reprime y pulsa por manifestarse de formas que ocasionan displacer e insatisfacción.
LA SEXUALIDAD NO SE PUEDE EVITAR, si no se hace de una manera, se hace de otra, ya que no sólo tiene que ver con la genitalidad: los síntomas neuróticos son sexuales, como también pintar, escribir, masturbarse… La sexualidad es todo lo tocado por la palabra, y si no está puesta en un sitio, se desplazará a otro. Por ejemplo en la comida, como metáfora sexual. Comer de más puede ser un sustitutivo.
Les ayudaremos a conversar con el otro para poder CONSTRUIR UNA MORAL QUE SE ADECÚE A SUS DESEOS Y A SUS LÍMITES para que haya un equilibrio que les permita DISFRUTAR DE LA SEXUALIDAD Y DE LA VIDA EN PAREJA de una manera más sana y placentera para ambos.
En cada pareja hay una lectura diferente y habría que acudir a un terapeuta de parejas con formación psicoanalítica para PODER HACER UNA LECTURA Y UNA RESOLUCIÓN MÁS ACORDES CON LAS CUESTIONES CON EL DESEO.