LA SOBERBIA EN LA PAREJA

      Sin bajarse del burro, cada uno en su burbuja es imposible dialogar. La soberbia tiene que ver con el narcisismo. El narcisismo es algo necesario en el ser humano porque permite la conservación del sujeto. Por ejemplo, cuando hay algún peligro, permite retirarse. En el desarrollo humano, el narcisismo es máximo en el niño, tiene puesta toda su libido en el yo y, en el proceso de civilización, de la constitución del sujeto psíquico y social, ha de poder desligarla de sí mismo y rodear otros objetos, lo que implica poder amar a otras personas además de a sí mismo.

   Hablar de pareja ya indica un par, dos personas que renuncian a ellos mismos y pueden llegar a acuerdos, tolerar las diferencias, escuchar y hablar sin arremeter contra el otro, sin querer que sea como ese ideal, es decir como él o ella mismo.

    ¿Qué es estar en relación con otra persona? Aunque parezca evidente, no es estar consigo mismo o con el ideal. Cuando no se coincide con lo que se piensa o con lo que se espera, ahí comienza la batalla. Lo que ocurre que, como en las guerras, todo se pierde y nada se gana. Aprender a convivir también es renunciar a uno mismo, pero no a ese que construye la vida aún no estando el otro, sino a los deseos infantiles y sobre todo a la soberbia.

      Usar el sexo y el dinero como arma para fastidiar al otro es algo que habla de esa soberbia y sed de venganza. No mantengo relaciones con mi pareja como método para fastidiarlo/a, que también equivale a no puedo pero es porque inconscientemente es una forma de impulsar al otro a buscar fuera y seguir siendo víctima en la relación. Utilizo el dinero como un falo, como algo que se atribuye un poder y puedo someter al otro, no como algo que circula y es un medio para producir los deseos de ambos.

   Las diferencias no es algo que aleje, sino que le pone a uno en el orden del deseo humano. La diferencia es lo que hace que el niño pueda entrar en la sexualidad adulta, sucumbir a formas de satisfacción inmediatas y poder posponer para fines mayores, con otras personas, llegar un goce más civilizado, más allá del aquí y ahora, del mí, me, yo.

     Hay personas que están con otras como una forma de pacto inconsciente en el que se vengan de situaciones pasadas. Hay quien no puede ceder en nada ni separarse, porque así mantiene en su fuero interno una venganza del pasado, y le hace pasar al otro todo el daño que supuestamente le hizo, pero en ese mutismo interior, que es incapaz de elaborar. El pasado es lo que uno dice de él y jamás van a coincidir los recuerdos con lo que pasó. Nuestra memoria es como la arena del desierto, que va modificándose según cómo es nuestra moral, nuestra forma de pensar.

   Con tanto rencor no se puede vivir, es un muro que uno hace sobre sí mismo, para seguir construyendo ese pequeño niño tirano que no puede dar nada a nadie.

   Hay parejas que les une la venganza. No pueden separarse porque dicen quererlo pero a la vez no pueden ser amables porque recuerdan el pasado. La venganza se sirve en plato frío pero envenena a quien la da. Mejor con psicoanálisis para poder volar también con las palabras.

   Laura López, Psicoanalista Grupo Cero y

    Terapia de Pareja y Sexualidad